Después de mucho tiempo sin escribir en el blog, me siento un poco oxidada pero he decido volver a escribir. No es que lo haya dejado sino que lo aparqué durante demasiado tiempo y mi cuerpo necesita volver a empezar, mis dedos desean teclear otra vez y mi cabeza necesita expresar lo que lleva dentro.
Y una de las cosas que necesitaba expresar es la sensación de encontrarte perdida. Cuando te das cuenta que la vida sigue su curso pero tú sigues estancada en una desviación y no sabes cuál escoger, y así permaneces durante mucho tiempo. Estás perdida y no te gusta esa sensación de no saber qué hacer, cuando en realidad sí que sabes cuál es la solución o soluciones, sólo que estás tan paralizada que tu cabeza y tu cuerpo no te dejan reaccionar. Y ahí es cuando la sensación de frustración y necesidad te embarga hasta que notas como todos tus músculos y tu corazón se agarrotan y necesitas explotar. Sí, explotar. Porque llevas tanto tiempo con esos sentimientos dentro que al final necesitan salir, escapar de dentro de ti. Sólo que hay dos formas de explotar, una de ellas es hundirte y seguir sin reaccionar, regodeandote en el pesimismo y en la situación sin ver una salida. O bien reaccionar dando pasos de tortuga para salir de ese agujero donde te has metido tu solita. La cuestión es ¿tienes agallas de intentarlo?, porque el miedo es una sensación tan poderosa que puede hundirte definitivamente. Miedo a ver la realidad, miedo a contradecir a la sociedad y a la gente, miedo a amar, miedo a descubrir cómo eres en realidad, miedo a fracasar, miedo a decepcionar, miedo a la vida. La elección es tuya, y eso también da miedo, ser libre para elegir es afrontar tu responsabilidad con la vida, y la responsabilidad es terrorífica, significa ser capaz de reconocer tus errores, ser capaz de asumir tus fracasos, porque los tendrás; pero también significa vivir tu vida como tu quieres, significa que cuando consigues algo por ti mismo es un logro tuyo y sólo tuyo. Así que, siéntete perdida, regodéate del dolor y de la frustración si quieres, pero después, mira a la vida a los ojos fijamente y hazte esta pregunta ¿de verdad quiero ser como me estoy viendo ahora, o quiero ser realmente como yo querría ser?. La única forma de ser cómo realmente quieres ser, es asumiendo cómo eres e intentar parecerte a como te gustaría ser. De esta forma podrás ver un camino más nítido que antes, aunque puedes volver a perderte así es la vida, pero podrás volver al mismo camino una y otra vez, para encontrarte.
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