Algo que leer: Cuando la locura llega a nosotros.

Publicado por Selvi

Fotografía de Robert Capa, el desembarco de Normandía.

El mar impedía mi avance. Trozos de acero y  hombres muertos obstruían el paso, agarrando con fuerza la ametralladora me deslicé por las frías aguas de la playa de Omaha. El día nublado y la mala visibilidad hacía imposible apuntar con precisión al bando enemigo. El olor a pólvora, el ruido de las balas al pasar cerca de mí  y la pesadez de mis ropas mojadas, no eran el problema más acuciante que teníamos. El hecho de que los alemanes estuviesen situados en una posición más resguardada disparando con todas sus fuerzas a nuestro ejército, que había desembarcado a pocos metros de la playa y sin ninguna protección exceptuando los restos de barcos destruidos, ese si era el problema importante, llegar a la playa.
Poco a poco avancé como podía, en un momento una bala casi me tumba en el mar como muchos otros de mis compañeros, pero logré ocultarme provisionalmente detrás de un trozo de barco carbonizado. Miré por debajo del casco que se me caía hacia delante, la línea de la playa estaba próxima pero parecía inalcanzable. Reuniendo valor me dirigí hacia allí con el arma delante y los sentidos en alerta. Disparaba como podía. A mi lado un compañero tiroteaba con furia, pero en sus ojos pude ver el miedo. Mis manos temblaban por el frío y mi respiración era rápida, el largo trecho hasta la playa se estaba volviendo un infierno. Mis pasos se podían ver a través de la claridad del mar, así como los restos de toda aquella sangría. Apretando la mandíbula apreté el paso sin querer escuchar el ruido de los proyectiles, y por fin llegué a la playa. Tumbado en la arena me permití descansar varios segundos. Un grito agónico me llegó desde mi lado derecho. Con furia volví al combate, las balas salían sin control al igual que la locura había dejado de lado a la razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...